La vinculación de la Contraloría General de Paraguay con la sociedad civil ha sido un componente significativo en la estrategia nacional de fortalecimiento del control fiscal. Integrante de la Comisión de Participación Ciudadana de la OLACEFS, la CGR nos comparte sus perspectivas a partir de su experiencia en la promoción de una cultura de control que privilegia el involucramiento activo de la ciudadanía.  

En nuestros tiempos, la combinación de reforma del Estado y globalización acentúa una nueva dinámica en gobiernos con mayores competencias y con similares recursos, pero, a la vez, con una mayor evaluación por parte de la sociedad.

La cuestión que se plantea es en qué medida estas innovaciones son de profundización democrática y de mayor participación de los ciudadanos en los asuntos del control gubernamental.

En América Latina, las transformaciones estructurales de fines del siglo XX representan graves amenazas a la integración social porque la ciudadanía, realidad inacabada, se enfrenta a situaciones cada vez más restringidas por diferencias socioeconómicas crecientes. Estos límites pueden, sin embargo, ser visualizados como desafíos en tanto obligan a reformular el ámbito de las prácticas sociales y abren oportunidades para una reorganización social, planteando condiciones favorables para que el eje de la política se desplace del ámbito estatal al ciudadano.

Asimismo, el avance a finales del siglo XX, de la corriente democratizadora, tras sendos procesos de ruptura institucional y de abuso sistemático de los derechos humanos en muchos países de la región, coincide con el proceso de aumento de las brechas de pobreza y desigualdad.

En nuestro continente, la sociedad civil ingresa por canales institucionales a democratizar el Estado acercándolo a sus demandas y necesidades, potenciando sus niveles de influencia en la administración de la cosa pública. Es decir, el modelo puramente formal se ve rebasado por mecanismos efectivos y en tiempo real de vigilancia. Esto acerca a la ciudadanía a un efectivo ejercicio del poder más allá de los procesos electorales.

Mucha de la experiencia adquirida por nuestras entidades fiscalizadoras con la sociedad civil, ha priorizado la perspectiva del control ciudadano en la gestión pública como sinónimo de la posibilidad de la presentación de la denuncia ciudadana, esto por la incipiente apertura de canales.

De allí en más, se ha venido construyendo en pocos años un itinerario de experiencias en control ciudadano en el ámbito del control gubernamental, que ha venido incrementándose en cantidad y diversidad de experiencias, como respuesta a las demandas sociales.

Ya en la  XXIII  Asamblea General de la OLACEFS en 2013, la OLACEFS adoptó el concepto de participación ciudadana en el control fiscal como: “La acción promovida desde las Entidades Fiscalizadoras Superiores por medio de los distintos mecanismos disponibles para que los ciudadanos, de manera directa o a través de sus organizaciones, se vinculen efectivamente al mejoramiento de la gestión pública y de la calidad del control institucional. Esta acción puede ser promovida en alianza con distintos sectores institucionales y sociales”.

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En dicho sentido, las EFS aún cuentan espacios por ganar, el enorme desafío de consolidar aprendizajes institucionales relacionados a dos aspectos centrales, al decir de, por un lado capturar el aporte de la información producida por sus procesos de control y ponerlos al servicio de los fines democráticos del Estado, y por el otro, el de poder interactuar de manera fructífera con una serie de actores ausentes de su perspectiva, para la contribución al debate público y la construcción de su legitimidad social y política.

Es así que nuestras EFS enfrentan enormes desafíos, ante sociedades latinoamericanas cada vez más exigentes y cada vez más vigilantes del cumplimiento y la exigencia de sus derechos por parte de los actores estatales. Y el nivel de exigencia, determina una necesidad de respuesta institucional más compleja.

Por ello la inscripción de la denominada INICIATIVA TPA, dentro de este marco de escenarios nacientes de esta problemática de la participación en el control gubernamental, viene inscribiéndose como una enorme contribución desde el ámbito de la sociedad civil, constituida en plataforma regional.

En el caso de la EFS de Paraguay, la audacia demostrada en procesos de construcción de herramientas y mecanismos de participación ciudadana, ya sea en veedurías ciudadanas, o en concursos artísticos ligados a factores pedagógicos para el control o en ferias multidisciplinarias de rendición de cuentas, entre otros; solo puede ser posible dentro del entendimiento de este caldo de cultivo histórico que significa el avance de este conglomerado de ideas que colocan al ciudadano y la ciudadana como sujeto de control y protagonista de sus instituciones públicas y por otro lado, surge como consecuencia de una dialogo abierto y franco con actores de la sociedad civil, como es el caso de la INICIATIVA TPA.

Una de las señales más claras del avance en la conceptualización del rol de las EFS en el ámbito de la participación para el control, en el caso de Paraguay, es que antes de la construcción del espacio de control ciudadano, la EFS de Paraguay se conceptualizaba como un órgano de control que tenía como único interés el de producir procesos de control de calidad. Actualmente, la misión institucional ha girado hacia la perspectiva mucho más amplia, y no por ello no más compleja y desafiante, de “Promoción de la cultura de control”, entendiendo su servicio, como parte de un entramado republicano que tiene un interés en interactuar con sus mandantes: la ciudadanía.

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Avances son muchos, deudas también. Podríamos citar indicadores que demuestren efectivamente cómo el control ciudadano, fortalece, legitima y consolida al proceso de control gubernamental de la EFS. Pero quisiéramos, por sobre todo, destacar esa perspectiva de promoción de la cultura de control, que termina señalando cuánto camino ha transcurrido, y cuán problemático aún es el futuro.

Tiempo después de este itinerario, se puede encontrar frutos, y aprendizajes. Se puede aún señalar resistencias institucionales en nuestras EFS, ante lo nuevo y desafiante que significa el cambio de paradigma.

Pero al decir del poeta cubano José Ángel Buesa, “El camino nace del caminante” y en esa búsqueda y esa ruptura, es la que debemos asumir nuestro compromiso de democratización.

Texto: Lic. Oscar Rubén Velázquez Gadea (Contralor General de la República) y Fabián Forestieri (Jefe del Departamento de Control Ciudadano de la CGR).

Imágenes: Concurso artístico «Yo sé Controlar»